El enigma del convento
Habrían pasado cuatro o cinco años desde mi último encuentro con Jorge Eduardo Benavides cuando llegó a mis manos El enigma del convento. Por ese entonces ya reconocía al autor como uno de los predilectos -bendecido y legitimado- de la cofradía Vargas Llosa. Mi primer acercamiento había sido la lectura de Los años inútiles, producida en los últimos días de mis últimas vacaciones argentinas. No hago ninguna revelación en resaltar (así me pareció esa vez y aún la habría notado si acaso hubiera releído esta novela) la marcada influencia del Nobel peruano. Los procesos estilísticos y formales deben mucho (quizá demasiado) a novelas como La ciudad y los perros o Conversación en la catedral. Al parecer la crítica se enfocó (quizá demasiado) en los inconvenientes de Benavides por desligarse de la prosa de su paisano. Y sin embargo esta novela cumplió. Por eso cuando me enteré que El enigma en el convento había sido subido a mi página favorita de descarga gra